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Foto del escritorFrancisca

Sobre maternidad arcoíris: gestar después de una muerte gestacional/perinatal

Actualizado: 31 ago 2021


El miedo/terror a internar un nuevo embarazo después de pérdidas gestacionales


El miedo en este escenario es la anticipación al peligro ya vivido, al peor miedo hecho realidad que una mujer y pareja puede vivir como lo es la muerte de un hijo. Hablar de gestación arcoíris (un embarazo luego de una pérdida), supone acoger las luces y sombras de la maternidad habiendo enfrentado el peor de los miedos, la muerte.


Al vivir una muerte gestacional/perinatal, se pierde la inocencia respecto de la gestación y se da proceso a un duelo que es único, irrepetible, dinámico y cambiante; de cuya elaboración, dependerá en gran medida cómo se pueda vivir también una posterior gestación. Independiente de la edad gestacional en que haya ocurrido ésta, son los padres los que definen el estatus de esa vida como tal, de acuerdo con el lugar que ocupó dicho embarazo en su mundo afectivo y este mundo, es el que se derrumba y transforma (1).


Volver a buscar un embarazo, supone arrojarse al futuro con este miedo a cuestas y con el deseo a la vez de evitar, todo dolor. No es raro que, durante algún tiempo aunque se desee un nuevo embarazo, los tratamientos reproductivos y/o relaciones sexuales sean evitadas por uno o ambos miembros de la pareja, consciente o inconscientemente, pues el deseo y respuesta sexual se ve impactado por lo vivido tanto física como emocionalmente (2).


Asimismo, al lograr un nuevo positivo este puede ser vivido con emociones contradictorias: alegría por la nueva oportunidad, y en silencio, culpa por dar espacio a un nuevo hijo (sensación de ser desleal u olvidar a otro hijo) junto con altos montos de ansiedad, que generan conductas de hipervigilancia (ej. ir al baño todo el tiempo a revisar a revisar si hay señales de sangrado), evitación (saltarse ecografías o contacto con otros para no hablar del embarazo) o de reaseguramiento (acumulando test, ecografías o consultas de urgencia) (1,3, 4).


Buscar espacios de contención como grupos de apoyo al duelo y psicoterapia, son muchas veces necesarios para poder dar espacio a estas vivencias y poder acoger las ansiedades y miedos que se activan, al atravesar una nueva gestación cuando se perdió la inocencia (1, 4).



La dificultad de conectar durante el nuevo embarazo


Es real que, puede experimentarse mayor dificultad para conectar durante una gestación arcoíris con el nuevo bebé. Ahora bien, creo es importante aterrizar aquí expectativas y con ello “culpas”, pues en toda gestante la conexión es un estado que se va desplegando conforme se va desarrollando la gestación y con ello, se van movilizando y reactivando aspectos de la historia personal, estilo vincular y psiquismo (duelos y experiencias traumáticas previas) (4).


El nacimiento de una madre implica una transformación que se va viviendo gradualmente: el primer trimestre se caracteriza por una marcada ambivalencia emocional ante lo nuevo, el segundo por la elaboración de representaciones maternales, y en el tercero emergen fantasías más ligadas al parto y a cómo será en definitiva este bebé (4).


El momento en que haya ocurrido la muerte anterior y forma, impactará de qué manera se podrán o no vivir también estas etapas en una nueva gestación. Llegar y superar el tiempo de una gestación previa, para muchos, será el marcador que les permitirá abrirse recién a vivir el nuevo embarazo en curso, por tanto, la revisión de la muerte previa y el contexto que le acompañó surge como oportunidad de reparación, al que hay que atender para poder facilitar que cada gestación tenga su propio lugar (1, 4, 5).


Lo cierto es que, en esta realidad es habitual sentirse con “un pie dentro y otro fuera del embarazo” (Cote-Arsenault y Denney – Koelsch, 2011), de ahí la importancia de poder tomar acciones de cuidado como pueden ser: tener un equipo médico que contenga y facilite el seguimiento obstétrico (aumentar la frecuencia de ecografías o monitoreo), tener un vínculo con matronas cercano y flexible, contar con un espacio de psicoterapia personal para evaluar y contener sintomatología ansiosa o depresiva que pudiera surgir (1, 4 y 5).


El vínculo prenatal implica sentir, pensar y tener acciones hacia el bebé, ese vínculo es personal y es válido que te permitas vivirlo considerando tu contexto completo (4). Identificar y potenciar lo que te pone “dentro” del nuevo embarazo y, acoger compasivamente lo que te pone “fuera”, es mi primera invitación.


¿Cómo evitar pensar que te va a pasar lo mismo?


Es lo que quisieras, lo sé, lo entiendo y lo viví. Lamentablemente tengo que decirte que lo que se piensa NO se puede evitar. Tratar de evitar simplemente hace que el pensamiento paradójicamente aparezca más, una y otra vez, pues forzar conscientemente a la mente a decirle que NO a algo que ya está ahí, implica una tensión que trae más ansiedad y no resuelve el malestar, sino que lo agranda.


Lo siento, sé que no es lo que querías escuchar. ¿Entonces qué hacer? Hay caminos diversos:

  1. Puedes dejar de luchar en contra y observar cuándo viene ese pensamiento, probablemente no sea todo el día sino en algunos momentos del día o previo a algún evento gatillante, como puede ser ir al baño o a control ecográfico. Intenta acompañar ese momento o evento gatillante, de alguna estrategia que te ayude a manejar la ansiedad. Es practicar exponerse a lo que genera malestar pero con habilidad.

  2. Aprende estrategias efectivas para el manejo de la ansiedad y estrés, de manera que puedas acudir a ellas y modular tu tensión fisiológica.

  3. Cuestiona tu pensamiento, observa tu pensamiento como lo que es, no como LA verdad. Busca evidencia a favor y en contra de lo que piensas.

  4. Valida la emoción que viene aparejada del pensamiento “va a pasar lo mismo”. Probablemente sea el miedo que te habla y te va a acompañar en forma de pensamientos como éste, que te traen malestar. Es lo ya vivido, NO el presente aunque se sienta muy vívido.

  5. Vuelca la atención al presente (mindfulness) y haz “mente de teflón” de los pensamientos disruptivos que te traen malestar.

  6. Conecta con tu intuición, con tu mente sabia que abarca no sólo lo que sientes y piensas sino todo tu ser para encontrar en ella claridad y anclaje con ¿qué te está sucediendo realmente?

  7. Construye pensamientos alternativos y afirmaciones positivas a partir de lo que te presenta tu intuición, no el miedo. Puedes acudir a ellas como una especie de “mantra” que te conecte con el presente, tu gestación y tu bebé.


¿Cómo hago para que las memorias de dolor de las pérdidas anteriores no me interfieran?

Dar espacio y acompañamiento al duelo, es condición necesaria para poder elaborar las emociones como el miedo y el dolor de las pérdidas. Al vivirse estos duelos con poco acompañamiento y de manera silenciosa, se perpetúan muchas emociones y fantasías que se reabren al momento de una nueva gestación, la que se transforma muchas veces en una nueva oportunidad para elaborar lo vivido.


Gestaciones así, requieren la adecuada compañía de equipos clínicos (médicos, matronas, doulas, etc) que puedan acoger y facilitar el proceso de gestación arcoíris sin juicios y con ajuste en sus protocolos de atención, así como redes de contención personal (familiares, amigos, espiritual), social (grupos de apoyo) y profesional, como pueden ser psicólogos/psiquiatras perinatales y clínicos orientados en trauma y duelo gestacional/perinatal (1).


El embarazo conlleva una transformación psicológica y cerebral, que hace que se puedan activar traumas o duelos no resueltos, lo que puede generar tristeza y malestar. Si se vivieron experiencias traumáticas asociadas a las pérdidas, violencia obstétrica, un parto traumático previo o trauma reproductivo en la búsqueda del embarazo, pueden presentarse en la nueva gestación recuerdos intrusivos, sueños alusivos a estas experiencias, puede darse la necesidad de volver a hablar de ello acompañado de harto detalle y la reexperimentación a través de flash backs (imágenes de lo vivido), todos signos de reaparición de síntomas de estrés post traumático que requieren de una adecuada atención (4).


Esto último se puede reparar con adecuada ayuda. La experiencia vivida no la podemos cambiar, el dolor va a estar, podemos aprender a que coexista junto con la nueva oportunidad de dar vida y poco a poco, habitar no sólo la sombra de la maternidad sino también su luz.


¡Cuidar de ti en esta etapa de transformación, es tarea de todos! No silencies tus miedos y eduquemos al entorno, sobre lo que muchas mujeres pueden sentir y necesitar, al volver a gestar luego del doloroso proceso de la muerte de un hijo en gestación.

.

¡No estás sola! Un abrazo de madre arcoíris,

Fran


Fuentes:

(1) Liguori, N. & Cacciola, M. (Abril 2021). Elementos recogidos del curso impartido por las profesionales "El cuidado del duelo perinatal", en Impronta Perinatal https://improntaperinatal.com/

(2) Covington, Sharon N. & Burns, Linda H. (2006). Infertility Counseling: A comprehensive handbook for clinicians. Part IV. Cap 16. 2° ed – United Kingdom – Cambridge University Press.

(3) Urdapilleta, L. (Abril 2018). Elementos recogidos del curso intensivo impartido por la profesional en "Psicología de la Reproducción Humana Asistida".

(4) Fernández, P. & Olza, I. (2020). Psicología del embarazo. Editorial Síntesis – Madrid – España.

(5) Claramunt, M., Álvarez, M. Montanyola, R. & Santos, E. (2009). La cuna vacía. El doloroso proceso de perder un embarazo. Esfera libros - Madrid - España.

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